La falta de gestión, tan peligrosa y mortal como el dengue: Sáenz había echado a trabajadores de la salud y las guardias llevan semanas colapsadas

DNI Salta.- Hoy la situación es crítica y las muertes aumentan por un drama que podría haberse meguado si se actuaba a tiempo, y si no se hubiesen priorizado los privilegios de la clase política.

El drama del dengue llegó a un momento absolutamente crítico en Salta, con 12 muertes desde el inicio de este histórico brote, entre ellas la de una nena de apenas 6 años de edad, y con cientos de hospitalizados, además de otros tantos que acuden a las guardias de hospitales públicos con síntomas compatibles con la enfermedad del mosquito, y con la angustia reinante.

Sin la sensibilidad necesaria, pero también sin prever la situación caótica de pacientes con la enfermedad y con casos mortales que se multiplican en los últimos días, cabe recordar que el Gobernador Gustavo Sáenz, privilegiando el ensanchamiento de su clase política y sus acomodados nombramientos, dejó sin trabajo a trabajadores de la salud pública sin justificación alguna, hace alrededor de un mes. Los mismos profesionales que hoy faltan para contener la demanda de pacientes con dengue.

El hilo se corta por lo más delgado

Trabajadores monotributistas y contratados, que eran aplaudidos con hipocresía en la pandemia, quedaron en la calle y a la deriva por la «limpieza» que se efectuó en el área pública, tanto en la capital salteña como en el interior.

Mientras que Salta tiene un plazo fijo más de 67 mil millones de pesos en el banco, según la información oficial del Banco Central, como si la Provincia fuese una empresa privada,y mientras miles de millones de pesos fueron enviados por Nación durante la pandemia, dinero que nunca apareció en el Presupuesto, y que hasta hoy el ministro de Economía Roberto Dib Ashur no suplo explicar dónde fue a parar, el hilo, como siempre en Salta, se corta por lo más delgado y vulnerable.

A todo esto, las guardias en los hospitales públicos están abarrotadas de gente, con personas que claman de dolor en el suelo o en la calle esperando atención por las salas desbordadas, desmayándose en las puertas de los hospitales, una situación que no es de hoy, con el alto número de contagios que registra Salta, sino de hace semanas. Nada se hizo para descomprimir la estructura de la salud pública salteña en el último mes.