Emiliano le recorta la comida a la infancia vulnerable, pero gasta plata en «lavarle la cara» a la sede de la Panadería Social

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DNI Salta.- El jefe comunal capitalino sigue priorizando la «venta de humo», la fachada, la fiesta de los nombramientos y altos sueldos a funcionarios y los gastos innecesarios, antes que lo realmente importante.

Mientras que la Ciudad de Salta pide a gritos gestión, obras y escapar del letargo de abandono en la que está sumida por la indiferencia de la actual gestión municipal, el intendente Emiliano sigue dilapidando los recursos del pueblo en cuestiones que no revisten prioridad: refacción de oficinas para la comodidad de sus funcionarios, aplicaciones virtuales para permisionarios, festejos de cumpleaños de la ciudad ostentosos y no prioritarios, una torta gigante, y también destina recursos municipales para «esconder la basura bajo la alfombra», y refaccionar la fachada de un edificio que en su interior está plagado de carencias.

Es que en la Ciudad de Salta de los impuestazos, pese a prometer en campaña que iba a bajar la carga impositiva para los vecinos que solventan las malas políticas con sus anémicos bolsillos, el jefe municipal capitalino sumó a su ajuste brutal al eslabón más delgado de la cadena, un abandono a los barrios, lo que es constantemente denunciado por vecinos indignados de distintas barrias de la ciudad, malezas, baches, agua estancada y criaderos de dengue.

A los opulentos nombramientos de familiares y amigos como funcionarios con sueldos millonarios y de clase alta, y mientras la gente le exige la austeridad que él pide y pregona, el mismo jefe comunal capitalino se ríe en la cara de cada salteño haciéndoles pagar el costo de los impuestazos cada vez más agresivos, mientras que él parece vivir en una «burbuja».

En la sede de la Panadería Social de la Municipalidad de Salta, comenzaron trabajos de restauración de exteriores a través de reparación de los paredones y pintura por disposición del intendente Emiliano. El mismo intendente que dispuso un fuerte ajuste en la producción de la panadería social, afectando a comedores y merenderos comunitarios y reduciendo el servicio social tan solo para algunas escuelas, dejando a miles de infantes sin un servicio de necesidad esencial.