[VIDEO] Sáenz sigue riéndose en la cara de los salteños en Buenos Aires: habla de un ajuste que no existe, omite el despilfarro y culpa a gobiernos anteriores

DNI Salta.- Mientras las pautas publicitarias para blindar su imagen, los cargos repartidos entre amigos como caramelos y los millonarios sueldos de la casta siguen creciendo exponencialmente en Salta en desmedro del trabajador de a pie, el Gobernador aseguró en diálogo con Eduardo Feinmann que «no hay fiesta» y sí «ajuste», en una entrevista plagada de mentiras y omisiones.

«Haz lo que yo digo, pero no lo que yo hago», parece pregonar con su ejemplo el Gobernador de la Provincia Gustavo Sáenz, quien, como es su costumbre, suele desfilar en medios nacionales trazando una realidad paralela y fantasiosa de Salta y de su gobierno, acudiendo a su cinismo y a las mentiras de siempre, sin temor a la repregunta incómoda que pocas veces llega, en Salta por la obsecuencia de los medios oficiales regados por millonarias pautas que le agregan un manto de inmunidad crítica e impunidad discursiva, y en los medios porteños por desconocimiento propio de la realidad de las provincias postergadas en la gran urbe.

«Universo paralelo»

Pero las mentiras tienen «patas cortas», y los salteños expresan en redes sociales su hastío y sus cuestionamientos cada vez que se amplifica el micrófono nacional para que el Gobernador Sáenz exponga el «realismo mágico» de una gestión para él eficiente, y en el que parecen vivir los salteños, según su óptica.

En una entrevista realizada en vivo por el Gobernador de Salta hace algunos días con el periodista Eduardo Feinmann para La Nación +, Sáenz comenzó con su batería de omisiones y falacias al asegurarle al comunicador que «nunca estuve de fiesta, estoy ajustando en Salta», omitiendo pequeños grandes detalles como ser el enorme despilfarro de su casta salteña, el nepotismo ilustrado, contradiciéndose con el supuesto superávit para el adentro, pero las cuantiosas deudas para el afuera, y además culpando a gestiones anteriores, a la pandemia que culminó hace años y a la sequía.

La culpa siempre es del otro

«Desde que asumí hace cuatro años me tocó la pandemia, crisis económica, sequía, pagar deudas de gobiernos anteriores, reestructurar la deuda de 650 millones de dólares de gestiones anteriores que estamos pagando. Pagando también mucha deuda del Fondo Fiduciario. Cuando uno tiene un déficit o alguna cuestión, es normal que acudamos al Gobierno nacional», expresó Sáenz, siendo que, habla de otros gobiernos que lo empujaron a tomar deudas, cuando en 2021 la Provincia registró un superávit fiscal de 12 mil millones. Eso nos obliga a pensar si entonces era necesario tomar esa deuda, o si los números en la Provincia se «dibujan» con facilidad, con la ayuda de su ministro de Economía.

Que no pare la «fiesta»

Lo cierto es que el Gobernador Sáenz se nos sigue riendo en la cara a todos los salteños y en medios nacionales, sacando a pasear por la gran metrópoli su hipocresía, sobre todo cuando afirma descaradamente que sí achicó el Estado, que hizo el ajuste necesario en la política, cuando en realidad no se bajó el sueldo, ni a él ni a sus ministros ni legisladores, los cuales por el contrario parecen seguir indexándose de manera irracional, en contramano con los ingresos de las clases trabajadoras y vulnerables de su provincia.

Con decir que hoy un concejal cobra 2 millones y medio de pesos, un senador provincial más de 5 millones, como para añadirle una noción numérica a la falacia del ajuste en la política.

Blindaje y protección

O que no siguió la línea nacional de Javier Milei de quitar la pauta publicitaria a los medios. siendo que continúa destinando miles de millones de pesos, aquellos que en su momento se reusó a blanquear pese al requerimiento judicial, para que en Salta siga moldeándose un periodismo escasamente crítico cual tribuna aduladora, por el temor del mandatario de perder el blindaje y la protección mediática de la que ostenta en Salta si es que deja de destinar esos fondos irracionales a los medios; en definitiva, el temor a que se termine su gobierno y su escasa imagen positiva.

Su impunidad discursiva también sale a la luz que hoy está del lado de los docentes para hacer llegar su voz al Gobierno nacional, cuando en los años anteriores no dudó en reprimir y perseguir a los trabajadores de la educación dentro de su provincia.

Mientras que en los grandes medios del país niega la «fiesta», Sáenz sigue repartiendo el dulce caramelo de los cargos públicos a sus amigos y/o familiares. Uno de tantos ejemplos es el nombramiento de la esposa de su secuaz, el intendente Emiliano, la señora Irene Soler, con un «súper cargo» dentro del Estado con sueldo ministerial. Y así, regó de amigos, ñoquis y privilegiadas becas a cada dependencia estatal.

Sus intendentes, en la misma

La máxima autoridad ejecutiva de la Provincia tampoco usó sus facultades para bajarles directivas de ajuste a sus intendentes obsecuentes. Y el mismo Emiliano es un claro ejemplo, quien hoy castiga a los vecinos y contribuyentes con impuestazos mientras que por otro lado despilfarra en oficinas y lujos para sus funcionarios, también beneficiando a amigos isistas y urtubeicistas que desde hace décadas que viven del Estado, ya sea con cargos o con dudosas contrataciones, mientras que la ciudad no avanza y exige mejoras en las calles, y que esta política recaudatoria se traduzca en obra y en gestión municipal en serio.

Voto electrónico, otra cara herramienta de poder

Otro ejemplo del despilfarro de Sáenz es su terquedad para sostener el sistema del voto electrónico, bastión de los gobiernos de turno y de dudosa transparencia en muchos casos, y sideralmente más costoso que el de boleta papel. El próximo año habrán elecciones legislativas intermedias y el Ejecutivo y los legisladores alineados evitan tocar este tema que tan caro pagan los salteños, y que el próximo año nos costaría alrededor de 12 mil millones de pesos, sabiendo que llegará el momento en el que dirán que «no hay tiempo para debatirlo».