[VIDEO] «Outes no tiene corazón»: el desgarrador testimonio del trabajador que quedó incapacitado de por vida y fue abandonado por la mano derecha de Sáenz

DNI Salta.- Cristian Toledo trabajaba en la empresa adoquinera del actual diputado nacional cuando sufrió un accidente laboral que le arruinó la vida. Trece años después, para el hoy padre de tres hijos su vida sigue siendo una pesadilla, mientras que el funcionario burla a la Justicia utilizando sus influencias y se niega a pagar.

José Cristian Toledo, un salteño oriundo de la localidad de General Güemes, acudió desesperado a DNI SALTA tras sufrir las peores consecuencias del abandono de más de una década de su exjefe, el ahora diputado nacional Pablo Outes.

Cristian, de 39 años, fue empleado de la empresa de Pablo Outes, actual legislador nacional, pero quien ocupase durante toda la primera gestión de Gustavo Sáenz el cargo más importante del Gobierno de la Provincia, siendo siempre la mano derecha y el alero incondicional, impune y poderoso del mandatario salteño.

El exempleado de la empresa de adoquines que el hoy diputado tiene en Güemes sufrió en esa misma compañía un accidente laboral por la negligencia de la empresa, la falta de mantenimiento en las maquinarias y las condiciones paupérrimas a las que los trabajadores eran sometidos. Está vivo de milagro, pero desde su fatídico accidente laboral quedó incapacitado de por vida, perdiendo la posibilidad de poder insertarse en el mundo laboral, con tres hijos por mantener y una esposa enferma.

Auto «desaparecido»

José Cristian Toledo le ganó a Outes el juicio laboral, y el legislador nacional aún con un dictamen judicial se niega a pagarle, pese a que hay un dictamen judicial, y un embargo a bienes materiales que también incumplió Outes, haciendo «desaparecer» un automóvil con la impunidad con la que suele manejarse.

Un dato no menor es que la empresa donde ocurrió el accidente laboral que dejó a Cristian incapacitado, que en un principio se llamaba Grupo Güemes SRL, luego cambió el nombre a ABE S.A., y Outes nombró a un testaferro, Pablo Peñalva, para que figure como el titular de la misma, como una maniobra perversa del diputado nacional para desligarse de la desgracia evitable de su trabajador y burlar la Justicia.

Cristian trabajaba en la sección de arena y cemento, y en aquella fatídica jornada laboral que le cambió al vida para siempre, él paleaba y tiraba el cemento en el agua para que salgan los adoquines. Cuando fue a agarrar la palanca de la maquinaria con la mano derecha, la misma estaba con electricidad: lo electrocutó, lo tiró varios metros y cayó en la arena húmeda. Producto de ese accidente, producto de la negligencia de la empresa de Outes, del mal funcionamiento de las maquinarias y de la falta de materiales de protección para los trabajadores, Cristian está vivo de milagro, pero viviendo un infierno.

Outes, hombre incondicional de Sáenz desde que el actual gobernador arrancó su carrera política, hoy ostenta un poder mayúsculo al de entonces, y esto lo convierte aún es más impermeable para la Justicia, y esta es la impotencia del trabajador, que pese a todo aún confía.

«A pesar de todo esto creo en la Justicia. Yo le gané el juicio a Pablo Outes, y luego, en octubre de 2023, dos meses antes de que Outes asuma como diputado nacional, le gané el juicio a su tercerista de la empresa. Y en los primeros días de febrero, los papeles volvieron a cambiar, como siempre lo hacen, apelan y apelan, porque no quieren pagar. Y hoy volvieron los papeles a Cámara, por una presentación que ellos hicieron. Lo que para cualquiera tarda un año, para ellos hacerlo les demoró días. Ya no sé qué hacer, a quién recurrir, nadie me dio la oportunidad de hablar en los canales de televisión porque salgo a hablar en contra de Outes», contó Cristian.

«Cuando fueron a declarar los trabajadores de la empresa ABE, ya sabían lo que tenían que decir. Estaban entrenandos para mentir, entraron a hablar sin que la juez le pregunte, ya tenían todo estudiado. Hasta los mismos empleados sabían el número de la maquinaria, donde la habían comprado. Yo les gané en el juicio dos maquinarias, un auto y un poco más de 2 millones de pesos, según el expediente. Y nunca tuve respuestas», expuso el trabajador bastardeado por Outes.

Un futuro arruinado

«Cuando fue la jueza de Paz de Güemes y el martillero en su momento a la empresa a embargar los bienes, salió quien estaba encargado en ese momento a increpar a la jueza, a gritarle, no la dejó pasar. Ellos siempre están apelando teniendo un gancho en la justicia burlando todo. Para que no aparezca el auto, que lleva años con pedido de embargo y de secuestro a nivel nacional, y ese auto nunca apareció», contó, sacando a la luz otro grave delito de parte de Outes por su connivencia.

«Yo tenía 26 años cuando tuve el accidente, se arruinó mi futuro, no pude darle a mis hijos lo que ellos se merecen me causó una impotencia. Mi señora trabaja, pero no puede hacerse los estudios por un problema de la sangre, pero, si ella no trabaja, ¿cómo hacemos para vivir?», se preguntó.

Al final, Cristian ante la cámara de DNI SALTA le habló cara a cara a Outes, quien lo dejó imposibilitado de por vida para poder trabajar con normalidad por su responsabilidad en la empresa, y también a la Justicia, de la cual espera sea imparcial y no se vea influenciada por el poder político.

«Le digo al señor Outes, si es que él tiene familia y tiene hijos, no tiene corazón para no responder ante esta situación, porque fue un accidente lo que yo tuve dentro de su empresa, no es que yo quiera sacarle lo que no me corresponde. Que él se de cuenta que tengo tres hijos, que tengo una familia mantener, y trabajar no puedo por culpa del accidente que tuve en su empresa. Yo no puedo trabajar más y esto va a quedar para siempre así, y él como si nada. Le pido que se ponga una mano en el corazón y cumpla con lo que dictó la Justicia», fue el pedido del corazón, y con la voz quebrada, de un Cristian conmovido y cansado de golpear puertas.