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jueves, abril 18, 2024

[VIDEO] En Salta la realidad mata relato: casi un 70 por ciento de los votantes le dijo no a Sáenz

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Mientras la falacia del discurso; instalado por un oficialismo que manipuló la elección provincial con prácticas amañadas, desde la eliminación de las PASO, el adelantamiento de las elecciones, los falsos candidatos opositores, los medios de prensa coptados y los organismos de control cómplices; habla de un 47,5 por ciento de salteños que eligió la continuidad de Gobierno, la realidad de los números y los datos fácticos indica que dos tercios del padrón electoral le dio la espalda al mandatario reelecto, en una provincia con descontento colectivo y protestas permanentes.

DNI Salta.- Mientras que los conflictos sociales y las constantes convulsiones y protestas que se palpan en las calles hablan de un descontento mayúsculo para con la actual administración del Gobernador Gustavo Sáenz, desde el oficialismo se intenta instalar un universo paralelo de aceptación y conformismo colectivo.

Esto pudo verse en el primer acto público de Sáenz como reelecto gobernador, donde agradeció los votos obtenidos hace una semana. Allí, entre otras cosas, expresó en el día de su festejo desde su búnker: «Les decimos a los salteños que iremos a buscar a ese 50 por ciento que sigue esperando que le cumplamos el sueño, que dejemos de hablar tanto y hagamos».

La frase en cuestión tiene un sentido, y una deliberada inexactitud que quiere instalar Gustavo Sáenz, enfatizando que solo un 50 por ciento de la población no lo votó. Sin embargo, es en la realidad sin velos, en las fuentes fidedignas de los datos fríos y en los números reales, donde se cae el engaño, y es allí donde los guarismos fácticos tiran abajo el mensaje falaz que intentan instalar desde el Gobierno provincial, que indica que a Gustavo Sáenz lo votó la mitad de la provincia.

Técnicamente, esta afirmación a modo de nuevo slogan es una de las tantas mentiras y relatos vertidos desde el Ejecutivo provincial, como decir que la inseguridad no es tal, o como que los docentes salteños son los mejores pagos del país, como afirmó hace algunas semanas con un cinismo abrumador el propio ministro de Gobierno Ricardo Villada.

Con idéntica hipocresía, desde la elección provincial del domingo 14 de mayo se pretende instalar que la mitad de la provincia apoyó el proyecto Gustavo Sáenz en los últimos comicios.

Y es que en ese «engaña pichanga» del Gobernador, se toma como parámetro el número total del electorado que asistió a votar, en una elección donde fue sideral el ausentismo producto del descreimiento colectivo hacia quien gobierna la Provincia, y hacia la clase política en general. Y por el contrario, no se tiene en cuenta en esta manipulación tendenciosa al total de los salteños habilitados a votar registrados en el padrón electoral de la provincia.

Si se tiene en cuenta el universo total de votantes en todo el territorio provincial, los nunca tendenciosos y siempre objetivos números reales marcan que menos de un tercio de ese universo votó por Sáenz para que se renueve su mandato, y no la mitad. Ni por asomo.

Y mientras que el oficialismo saca «chapa» y se florea diciendo que Gustavo Sáenz obtuvo el 47,50 por ciento de los votos, que Miguel Nanni recogió un 17,27 y Emiliano Estrada el 16,16 por ciento, solo contando en este cálculo sesgado a los votos afirmativos, la realidad marca que del total del padrón electoral, Sáenz solo ganó una elección -prácticamente sin contrincantes, y con mucha complicidad tácita con otros candidatos «de adorno» dentro de su estrategia de debilitar y quitarle votos a Emiliano Estrada- con menos del tercio del total de ciudadanos habilitados para votar, y que dos tercios le dijeron que no, lisa y llanamente.

En la provincia, el padrón electoral enuncia que estuvieron habilitados para votar el último 14 de mayo 1.082.462 salteños, de los cuales Sáenz recibió solo 337.621 voluntades en toda la provincia (31,19 %), menos del tercio, y no el 47,5 % mentiroso que él vocifera. La gran mayoría (774.841 votos, siendo un 68.81 % del padrón electoral, votó a otros candidatos a gobernador, emitieron su sufragio en blanco o no asistieron a cumplir con el mandato cívico. En definitiva, casi el 70 por ciento de la población votante de la provincia le dijo No a Gustavo Sáenz.

Los datos reales:

Otro dato no menor en el análisis de estos fríos números, es que el voto en blanco quedó en cuarto lugar en una elección con escasos precedentes de ausentismo, lo que denota también la apatía, el descreimiento y el enojo, tanto hacia el Gobernador Sáenz como hacia la clase política toda, incluida la débil y atomizada oposición que, o «tranzó» por lo bajo como pseudo-opositor, o que fue oposición real, pero que no tuvo las herramientas necesarias como para captar y conquistar a ese votante cautivo y desencantado con la administración actual.

Lo cierto es que el Gobernador Sáenz y su séquito prefiere, maquillar la realidad y manipular cifras a su antojo diciendo que el 50 por ciento «bancó» su proyecto, cuando en realidad fue menos de un tercio, afirmación que no es antojadiza, sino basada en los datos certeros.

Los datos tendenciosos:

Ahora bien, no es ninguna novedad -porque esto comenzó a verse desde el año pasado con las planificaciones políticas electoralistas que ya venían jugando desde el lado del oficialismo de Sáenz- que con estas viejas prácticas amañadas, el oficialismo siempre manipula las reglas electorales para beneficio propio.

Si hacemos un repaso, la decisión de anular las PASO en 2022 tuvo ese mismo sentido de manipulación, lo cual conformó un bastión importante dentro de la estrategia electoral para ganar la elección de este año, aún con un manifiesto y reinante descontento social para con el Gobierno de Sáenz, que está a la vista, se acrecienta cada vez má y puede palparse en las calles, en cada manifestación de ciudadanos por falta de agua, de docentes, de personal de la salud, de empleados públicos, judiciales y originarios que periódicamente marchan a pie por dignidad.

Eliminación de las PASO que facilitó la estrategia de hacerle el juego gordo a Sáenz, llenando el mapa electoral de candidatos sin intenciones de ganar y creando falsas oposiciones con varios candidatos a gobernador y a intendentes «sacha-opositores» puestos por la misma estructura de poder para jugar su partido.

También es un dato a tener en cuenta que la gente tampoco acompañó a la gran cantidad de candidatos a intendente oficialistas que en campaña se mostraron junto a Gustavo Sáenz: Mario Mimessi en Tartagal, Sergio Salvatierra en General Güemes, Bettina Romero en Capital; todos candidatos a los cuales la misma imagen y figura de Sáenz como «ungidor» les restó votos y les jugó en contra a estos postulantes, entre otros ejemplos.

Vale repasar que en todos los municipios en los que ganó Sáenz, el Gobernador mandó a «jugar» a varios candidatos funcionales a él y a su afán de vencer, en internas disfrazadas. Pero esto no ocurrió en Tartagal, donde la gente harta le dijo no a un saencismo extremo para volcarse a una alternativa de oposición genuina. Mimessi en Tartagal no quiso ese juego, fue solo, y perdió

Dentro de estas prácticas amañadas del saencismo jugó también como actor preponderante el caprichoso adelantamiento de las elecciones para mayo y el desdoblamiento de las nacionales. En definitiva, el plan de provincializar la elección para evitar que la imagen de Sáenz siga desplomándose estrepitosamente hasta agosto, y para evitar, entre otras cosas, la «foto» con quien el mismo Sáenz acompañó a viva voz en estos casi cuatro años, el presidente Alberto Fernández, que hoy, por su imagen alicaída a niveles impensados allá por 2019, con solo arrimarse hace perder hasta al más «taura» una elección.

Todo se armó estratégicamente para que un gobernador con mucha gente en contra y miles de voces disidentes, sea reelecto. Pero también «jugaron» para el equipo de la fracasada gestión gubernamental de Sáenz: el sesgo de la información pública, los escasos medios independientes, la falta de controles institucionales, la vista gorda de las cámaras legislativas y de una Auditoría de la Provincia cómplices, que oficiaron de amigos más que de organismo contralor, todo manipulado para que Sáenz se asegure cuatro años más de gobierno.

Con este panorama, y con la permanencia garantizada por cuatro años más en una cancha inclinada a favor de quien gobierna, el desafío de la oposición, y entre ellos, de quienes legislan, si es que todavía queda una oposición que se precie de tal, será revertir estas prácticas amañadas del oficialismo en una provincia donde cientos de trabajadores, de ciudadanos sin agua, de emprendedores sacudidos por los tarifazos, de hermanos originarios postergados sin una vida digna, donde docentes y trabajadores de la salud llevan tres semanas capeando el frío en las calles y son reprimidos con una avasallante vulneración de sus derechos; no son un relato.

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