Micrometeoritos sorprendieron a estudiantes en Chicoana y destrozaron parabrisas

DNI Salta.- La mañana del sábado en Chicoana parecía tranquila hasta que un fenómeno inesperado alteró la salida de campo de estudiantes y docentes de geología de la Universidad Nacional de Salta. Mientras recorrían la Quebrada de Escoipe, una lluvia de diminutas partículas cayó sobre sus vehículos y astilló parabrisas, especialmente el de una Renault Duster conducida por Federico Walter San Juan.

Al principio pensaron que se trataba de piedras, pero tras analizar el material descubrieron que eran micrometeoritos: fragmentos de polvo cósmico que viajan millones de kilómetros antes de llegar a la Tierra. “Es habitual que estas partículas caigan sobre el planeta, lo extraordinario es presenciarlo”, explicó el geólogo Ricardo Alonso, quien confirmó que se trata del primer caso documentado en Salta.

El episodio recordó a sucesos similares registrados en otros lugares del mundo, como el caso del automóvil de Peekskill en Estados Unidos, y llevó a los especialistas a recomendar la extracción de restos incrustados en los vidrios para un análisis más detallado.

Los protagonistas describieron el momento como una ráfaga repentina, sin camiones, ramas ni desprendimientos que explicaran los impactos. El hecho ocurrió en una zona con antecedentes de fenómenos inusuales, como los agroglifos de años atrás, aunque en esta oportunidad la ciencia dio una respuesta clara: ingreso de partículas cósmicas a la atmósfera.

No es la primera vez que Salta recibe “visitas” del espacio. En 1995, en Incamayo, un meteorito del tamaño de una pelota cayó cerca de una vivienda y provocó un cráter, dejando huellas en la memoria de la comunidad.

El fenómeno en Chicoana dejó daños materiales, pero también una experiencia única para los estudiantes y docentes. “No es lo mismo leer que caen partículas del espacio que ver cómo una rompe tu parabrisas”, expresó uno de ellos. El evento ya quedó registrado como un hecho singular en la historia científica de la provincia y un recordatorio de la constante presencia del universo en la vida cotidiana.