Los errores del intendente Emiliano comenzaron a costar vidas en Salta

DNI Salta.-Tras la masacre de Avenida Paraguay, en la que un conductor ebrio atropelló brutalmente a diez personas y que provocó la muerte de tres jóvenes, queda al descubierto una vez más la falta de un plan de seguridad vial y de previsión.

Un siniestro vial de escasos precedentes en Salta terminó en una verdadera masacre que se cobró la vida de tres personas en la madrugada del domingo en la Avenida Paraguay, y que dejó a otras siete personas heridas, dos de las cuales pelean por su vida luego de ser trasladadas en muy grave estado en código rojo al hospital San Bernardo.

El hecho tuvo lugar en inmediaciones a la pasarela de la Coca Cola, en avenida Paraguay, en el acceso a zona sur de la ciudad de Salta, cuando un joven de 21 años en estado de ebriedad emnbistió con su vehículo, un Renault Fluence color blanco, a diez personas.

Esto se da en un contexto creciente de tragedia viales en la provincia, que año a año sigue marcada por un extenso historial de siniestros viales y la tendencia no cambia, siendo hoy 32 las víctimas por siniestros fatales en territorio salteño, marcando un alarmante promedio de un fallecido cada menos de tres días.

Peatones vulnerables

Y el flagelo es también visible en la capital salteña, donde los siniestros, muchos de ellos fatales y en su mayoría por causa del alcohol al volante, se suceden cada vez con mayor freciencia, siendo los motociclistas los más afectados, pero también los peatones, como ya ocurrió hace algunos meses en la misma Avenida Paraguay con el accidente que dejó postrados a dos trabajadores informales.

Los errores y las omisiones del intendente Emiliano Durand, que en este tiempo se preocupó más de la cuenta en obras para la comodidad de los funcionarios municipales, y en ensanchar la planta política con nombramientos onerosos, además del feroz ajuste a los vecinos y contribuyentes, suelen pagarse muy caro.

¿Y los controles esa noche?

Y en el ítem vial, una de las cuestiones más sensibles, la presencia de un plan de seguridad en la materia permitiría incluso salvar vidas. De no haber brillado por su ausencia el personal de Tránsito necesario para realizar los controles de alcoholemia en un sábado y madugada de domingo convulsionados, con jóvenes que salen a divertirse, con boliches y bares en todos los rincones de la provincia y con la noche despierta, además, en una calle tan transitada, tal vez otra hubiese sido la historia.