Imputaron por homicidio a Matías Jurado, acusado por la desaparición de cinco personas en Jujuy

DNI Salta.- Matías Jurado, el principal sospechoso por la desaparición de cinco personas en Jujuy, fue imputado este martes por el homicidio de una de ellas, Jorge Omar Anachuri, de 60 años. A pesar de que aún no se encontró su cuerpo, la fiscalía considera que hay pruebas suficientes para avanzar con la acusación formal.

El fiscal regional Guillermo Beller confirmó que, si bien en un principio se evaluó la inimputabilidad de Jurado, los peritajes determinaron que el hombre estaba en pleno uso de sus facultades mentales al momento de los hechos. Además, ordenó análisis genéticos para determinar si los restos óseos, piel humana y prendas halladas en la vivienda del acusado corresponden a alguna de las cinco víctimas.

Las personas desaparecidas, además de Anachuri, son Juan Carlos González (60), Juan José Ponce (51), Miguel Ángel Quispe (60) y Sergio Alejandro Sosa (25). Todas ellas estaban en situación de calle y atravesaban problemas de adicciones. Imágenes de cámaras de seguridad captaron a dos de los desaparecidos subiendo a un taxi junto a Jurado rumbo a su casa en el barrio Alto Comedero. También, la geolocalización de un celular confirmó la presencia de otra víctima en ese lugar.

Testimonios claves y perfil del acusado
Un dato fundamental en la investigación fue el testimonio de un sobrino de Jurado, un adolescente de 16 años, quien declaró en Cámara Gesell que su tío «descuartizaba a personas que llevaba a su casa» y que luego se deshacía de los restos en descampados o los enterraba. Según su relato, todos los viernes había reuniones en el domicilio donde se consumía alcohol, y luego el joven era enviado a retirarse porque “pasaban cosas malas”.

Vecinos del barrio también describieron a Jurado como una persona violenta, con antecedentes de conflictos y una condena previa por robo a mano armada. Actualmente, se encuentra detenido en el penal de Gorriti, en San Salvador de Jujuy.

Un patrón macabro
La fiscalía investiga si Jurado aplicaba un mismo modus operandi para captar a sus víctimas. Según las primeras hipótesis, ofrecía supuestos trabajos como maleteros en la terminal de ómnibus, y una vez que ganaba su confianza, los invitaba a su casa bajo el pretexto de compartir bebidas alcohólicas. Las personas aceptaban voluntariamente y subían a un taxi con él. Ya en el domicilio, el acusado los asesinaba y se deshacía de sus cuerpos de manera macabra.

Las excavaciones en el terreno del acusado continúan, mientras la justicia trabaja para confirmar si se trató de una serie de crímenes seriales. El caso conmociona a la provincia y despierta preocupación por la extrema vulnerabilidad de las víctimas.